Esta mañana, como
otras magníficas mañanas de sábado, he estado paseando por mi maravilloso
Madrid, fresco, luminoso y alegre. Hacía varios meses que no lo salía a dar una
vuelta y me ha sorprendido la calidad de las fachadas que he encontrado en el camino, con lonas impresas y algunos anuncios
publicitarios inmensos. El mundo de la comunicación gráfica está creciendo y
llenando mercados que antes eran incipientes; estos ejemplos son una muestra.
Es magnífico cubrir así los edificios en obras, dan un caché a la ciudad que
merece la pena pagar.